Las APIs son interfaces de programación que permiten a diferentes programas y aplicaciones comunicarse entre sí. Sirven para intercambiar funcionalidades, datos o automatizar las tareas repetitivas.
Sin embargo, a medida que se consolidan y aumentan su popularidad, también se convierten en el objetivo de los delincuentes informáticos, quienes aprovechan vulnerabilidades para acceder a los ecosistemas informáticos de las empresas.
Siempre se habla de lo buena y prácticas que son, pero poco de su seguridad. Por eso, a continuación, te diremos por qué las APIs deben se ciberseguras.
¿Quieres saber cuáles? Ponte cómodo y sigue leyendo.
Riesgos de las APIs
Las APIs son como puentes: comunican diferentes sistemas y aplicaciones para compartir información y datos confidenciales. Sirven para integrar usuarios y empresas, verificar información o distribuir contenido alojado en otros lugares.
Muchas compañías se han visto favorecidas por estas funcionalidades, pero pocas son conscientes de los peligros que la asechan.
Una de las más comunes es el exceso de accesos directos. Muchos usuarios tienen acceso a estas interfaces, incluyendo los piratas informáticos. Es más fácil para ellos eludir controles de seguridad y acceder a los datos confidenciales para cometer delitos de ciberseguridad.
También está el caso de las llamadas APIs zombies, piezas de código que han dejado de usarse, pero que siguen activas y no han recibido parches, mantenimientos o actualizaciones de seguridad, lo que prepara la base perfecta para un ataque de las cuales las organizaciones no son conscientes.
Y así podríamos mencionar más riesgos de seguridad, como mecanismos de autenticación de usuarios mal implementados o rotos, APIS que devuelven información confidencial sin cifrarlas, autenticaciones rotas, falta de recursos, limitaciones de seguridad o asignación de acceso y funciones rotas.
Prácticas de seguridad de las APIs
Si no se implementan medidas de ciberseguridad, por más buenas y emocionantes que sean las APIs, puede dar paso a acciones malintencionadas de piratas informáticos, que siempre encuentran nuevas formas de cometer ilegalidades.
Lo que seguramente te preguntarás es: ¿y cómo puedo volverlas ciberseguras? Hay varias prácticas que puedes aplicar. Aquí te mencionamos algunas de las indispensables:
- Cortafuegos. Puedes usar un firewall de aplicaciones web para filtrar el tráfico de personas y programas que intentan acceder por la puerta de enlace. El cortafuegos se interpone y solo deja pasar a los usuarios autorizados. También protege contra bots maliciosos y tiene la capacidad de identificar firmas de ataques. Es una barrera de seguridad robusta.
- Certificados SSL. Como en los sitios web, los certificados de SSL son indispensables. Cifran las conexiones entre servidores para evitar que los datos sensibles y confidenciales queden expuestos. También corrigen problemas de autenticación informática.
- Validación de parámetros. Las vulnerabilidades de parámetros también son riesgos comunes en las APIs. La validación permite comprobar la validez de los datos comprobando y garantizando que estos no puedan causar daños al sistema ni interferir entre las comunicaciones.
Y estas son algunas de las medidas de ciberseguridad que no pueden faltar en la práctica de APIs. Por supuesto, hay más, como establecer objetivos de limitación o permitir el acceso la interfaz desde una nube virtual privada, la cual tiene un grado de aislamiento superior a los canales públicos, pero al menos esos tres deberían ser indispensables para limitar las amenazas externas o contar con un buen antivirus como Panda Security.
Los individuos y empresas deben priorizar las medidas sólidas de ciberseguridad para APIs para mitigar el riesgo y aprovechar todos los beneficios de estas grandiosas piezas.